La final del mundial se vivió con entusiasmo y euforia en Calahorra, una vez acabado el partido cientos de calagurritanos se dieron cita en el centro de la ciudad, en plena Glorieta de Quintiliano, muchos se metieron en la fuente a la vez que cantaban y saltaban de alegría. En los balcones del edificio del consistorio se instalaron altavoces para animar la velada... los jugadores saludaban desde las alturas, eso si con caretas, después bajaron a la calle y se unieron a la fiesta.
El día siguiente era día de hacer cuentas... de momento, hay que cambiar todos los jardines que quedaron aplastados por los seguidores de La Roja. Haber si otro año espabila el excelentísimo y acordona la fuente.
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